jueves, 12 de marzo de 2015

El buscón

  1. Ficha técnica


        1. La vida del Buscón
          Novela de Francisco de Quevedo
        2. Sinopsis: La vida del Buscón es una novela picaresca en castellano, escrita por Francisco de Quevedo. El libro se publicó por primera vez en 1626, aunque circuló antes en copias manuscritas algunas de las cuales se conservan hoy en día.



        FRANCISCO DE QUEVEDO LA VIDA DEL BUSCÓN


        EDICIÓN, ESTUDIO Y NOTAS DE FERNANDO CABO ASEGUINOLAZA


        REAL ACADEMIA ESPAÑOLA


        En buena medida, La vida del Buscón es una fábula sobre la identidad social. Pablos, natural de Segovia, es el hijo de un barbero ladrón y de una alcahueta algo bruja. Por azares de la vida, coincide en la escuela con un tal don Diego Coronel de Zúñiga, que se las da de noble y a quien procura arrimarse. Este personaje marcará la trayectoria del hijo del barbero, caracterizado desde niño por sus «altos pensamientos» y firme voluntad de «negar la sangre». A don Diego sigue como criado, primero, en la misma Segovia, al pupilaje de un clérigo avariento, el licenciado Cabra, y luego, tras superar ambos a duras penas los estragos del hambre, a la Universidad de Alcalá, donde sufre novatadas y gana fama de travieso e ingenioso. Sendas cartas recibidas de sus familias respectivas determinan la separación de amo y criado. La de Pablos procede de su tío, Alonso Ramplón, un eficiente y pomposo verdugo que lo devuelve a la negra realidad familiar contándole cómo su madre ha sido encarcelada por la Inquisición y cómo él mismo ha ejecutado y descuartizado al bueno de Clemente, padre del buscón. Con el objeto de cobrar su herencia, vuelve Pablos desde Alcalá a Segovia y se encuentra por el camino con una memorable serie de orates –un militón, un esgrimidor y un sacristán aficionado a las coplas–, así como con un ermitaño tahúr y un banquero genovés. En Segovia confraterniza, a su pesar, con los amigos de Ramplón, se hace con lo que restaba de su hacienda y marcha, tan pronto como puede, en dirección a la corte madrileña. Aprovechará la amistad que hace en el camino con un campanudo pero precario personaje que se hace llamar don Toribio Rodríguez Vallejo Gómez de Ampuero y Jordán para ingresar con su aval en el madrileño colegio buscón, cofradía seglar de simulación y travestimiento. Después de una breve y accidentada visita a la cárcel, se instala en una posada, ya decidido a hacerse pasar en lo futuro por hombre de posición. Así, con el nombre de don Filipe Tristán, conoce a una coqueta dama, con la que ejerce de galanteador, y que resulta ser la prima supuesta de su antiguo amo don Diego, quien reaparece inopinadamente en escena.

         LIBRO PRIMERO CAPÍTULO PRIMERO En que cuenta quién es el Buscón


        "Yo, señora, soy de Segovia. Mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo pueblo, ¡Dios le tenga en el cielo! Fue, tal como todos dicen, de oficio barbero, aunque eran tan altos sus pensamientos, que se corría de que le llamasen así, diciendo que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas. Dicen que era de muy buena cepa, y, según él bebía, es cosa para creer. Estuvo casado con Aldonza de San Pedro, hija de Diego de San Juan y nieta de Andrés de San Cristóbal. Sospechábase en el pueblo que no era cristiana vieja, aun viéndola con canas y rota, aunque ella, por los nombres y sobrenombres de sus pasados, quiso esforzar que era descendiente de la gloria. Tuvo muy (...)"


          La narración de Pablos, como la de Lázaro y al contrario de la de Guzmán, se finge dirigida a un narratario individualizado; en este caso una mujer, aludida indistintamente con el término señora o con el tratamiento de cortesía vuestra merced. † «Resulta algo extraño que Pablos invoque el testimonio ajeno para informarnos de cuál era la profesión de su padre. Se trata, sin duda, de una burla paródica: la mala fama de sus padres se expresa en los mismos moldes retó- ricos que eran usuales para exaltar la buena» (Lázaro Carreter). se corría: ‘se avergonzaba’. tundidor: ‘operario encargado de igualar el pelo de los paños con unas tijeras’. Se trata de dos perífrasis de carácter eufemístico con una clara connotación que apunta hacia el verdadero quehacer del padre de Pablos en cuanto expoliador de sus clientes: sastre y tundidor son términos asociados, en el ámbito de la germanía, con cierto tipo de ladrones, y aun con el latrocinio en general. Además, y en tercer lugar, ambas expresiones delatan la verdadera y ridícula naturaleza de sus altos pensamientos. { La abundancia de santos entre los apellidos de los antepasados maternos de Pablos denuncia su procedencia conversa. Los sobrenombres, referidos algo más abajo, son los apellidos, en un sentido general; cristiana vieja: ‘la que no tiene sangre judía o morisca’.{ rota: ‘harapienta’. El verla con canas la confirma como vieja; y el ir rota, como pobre, al contrario de lo que tópicamente se atribuía a los conversos.{ esforzar: ‘argumentar una opinión, apoyándola con razones’. gloria aparece sustituido por letanía en X. †


        FRANCISCO DE QUEVEDO Y «LA VIDA DEL BUSCÓN»


         1. DATACIÓN Y PROCESO DE COMPOSICIÓN


        Abusando un poco de las palabras, bien se podría decir que La vida del Buscón es un libro amigo de las reticencias. Ya sea porque las encierra, ya porque lo rodean, creando en torno a sí numerosos interrogantes. Al mismo tiempo, y por esa misma razón, resulta la obra un buen exponente de la propia complejidad de la producción de Quevedo o, más bien, de la relación compleja del autor hacia sus textos, hacia la difusión de éstos y hacia su público. Para Quevedo su obra fue, entre otras cosas, un medio de presencia social y política, y siempre se mostró cauto y calculador en lo relativo al reconocimiento y a la difusión autorizada de sus escritos. Por ejemplo, Quevedo nunca reconoció abiertamente haber escrito el Buscón; prefirió evadir de manera indirecta su responsabilidad ante la Inquisición y, más tarde, renunciar a su inclusión entre los textos en su proyecto último de Todas las obras. Nunca, por otra parte, se refirió a este relato de modo abierto, a pesar de su indudable éxito y de que es probable que volviese más de una vez sobre la historia del pícaro para introducir un número considerable de modificaciones. La promesa de una segunda parte, aunque no pase de un compromiso convencional o de un expediente fácil para concluir el relato, no alcanzó cumplimiento de su mano. Y si bien jamás desmintió su autoría, (...)


         Para valorar actitudes como ésta, conviene atender a la importancia que tiene en Quevedo, tanto en lo que se refiere a sus anuncios y comentarios acerca de textos propios como a sus silencios, lo que Pablo Jauralde [ b: ] tacha de «descarado uso que hace de su pluma como instrumento de sus pretensiones». A propósito del proceso de formación de las «obras completas» del autor tras su muerte, donde el Buscón adquiere ya su lugar definitivo en el corpus quevediano: Jaime Moll [ ]. La promesa de una segunda parte –ausente de la princeps– se ha valorado de manera no coincidente por la crítica. Teniendo en cuenta los anuncios de continuaciones que coronan los dos Guzmanes de Alemán, La pícara Justina, el Guitón e incluso alguna de las ediciones del Lazarillo, puede estimarse como un procedimiento conclusivo convencional que obligaba a poco. No lo cree así Jauralde [ : ]: «La obrita, como casi todos los proyectos de Quevedo, se redactó con idea de continuarla más adelante».


        http://www.rae.es/sites/default/files/HOJEAR_La_vida_del_Buscon.pdf


        Resultado de imagen para el buscon de quevedo pdf     La vida del Buscón. Francisco de Quevedo  

        Resultado de imagen para el buscon de quevedo pdfLibro digitalizado: http://www.biblioteca.org.ar/libros/133546.pdf

        http://www.bibliotecaspublicas.es/donbenito/imagenes/Francisco_de_Quevedo_-__Historia_y_vida_del_buscon_-_v1.0.pdf

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